Un día mientras estábamos en clase recibimos una visita muy especial: una lechuza. Traía una carta para la profe que venía de Hogwarts. En ella decía que quedaba una vacante y que podía incorporarse al colegio después de vacaciones. Junto con la carta aparecía un billete para coger el tren Hogwarts Express.
A los botones morados no les pareció bien esa carta y me dijeron que yo no podía ir a Hogwarts y que me tenía que quedar con ellos.
Aunque era la ilusión de mi vida ir a dar clase al colegio Hogwarts escribí una lechuza diciendo que estaba muy contenta en Briviesca y que en estos momentos no podía irme.
Al día siguiente recibimos en clase una nueva lechuza con una nueva carta de Hogwarts. En ella me decía que querían abrir una escuela de magia en España y contaban conmigo como directora para ella. En los próximos tres meses tendría que dar clase de magia a los botones morados para ver si entre ellos hay algún maguito o alguna brujilla.
Todos estaban súper emocionados y así nos fuimos de vacaciones, sabiendo que a la vuelta tendríamos que sacar la magia que hay en nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario